miércoles, 22 de agosto de 2012

La nave del olvido



Según los estudiosos de las tendencias de comportamiento generacionales, nuestros padres los llamados "Baby Boomers", conocidos en términos campechanos como la generación de la "explosión demográfica" (díganmelo a mi, que tengo muuuuchos hermanos), centraban sus vidas en trabajar con la finalidad de "crear un patrimonio", tendencia que se justificaba por las constantes crísis económicas que hacían a los hombres y mujeres de aquellos entonces, centrar toda su vida en trabajar de sol a sol con la idea de hacerse de un billete para poder comprar una casa, lo cual después de muchos años, en los que no podían ni dormir por la preocupación de pagar sus eternas deudas, nadie pudiera correrlos de su casa, ni a ellos ni a su prole, osea, nosotros.

Nosotros por nuestra parte, bneficiados en gran medida por esos años de pérdoda de existencia, bien conocidos por ser la Generación X, que obviamente  no tiene nada que ver con que nos gusten los "X" Men, heredamos, aparte de la casa fruto del sudor de nuestros padres, también las tendencias consumistas que nos orillan a invertir gran parte de nuestra vida en obtener cosas, pero no con la finalidad de garantizar un patrimonio como nuestros padres, sino con la finalidad de obtener estatus.

Y quién no tiene un amigo, o bueno, para no ponernos muy rudos, quién no conoce al famosísimo "primo de un amigo" que debe hasta la camiseta, pero trae una nave nueva, un smart phone de última generación, quizá una ipad, que como herramienta de trabajo en realidad sirve para una chingada, pero se ve muy bien y nos da el estatus de estar actualizados como buenos "galleteros" (término que en los bajos mundos de los fierros, es como se le denomina a los amantes de los gadgets)

Este consumismo no solamente obedece a las mencionadas tendencias propias de nuestra generación y al sueño chaquetero del estatus, le digo sueño chaquetero porque para ser honestos, a estas alturas de la vida yo no me trago la finta de que un wey que tenga una ipad es: porque se las sabe mucho con la tecnología, o porque tenga mucha lana, conozco, sin balconear, a un wey que se compró la primera ipad de la istore de satélite... literal... se formó temprano para comprarse su ipad y fue el primero, al menos en la zona sateluca en tener una ipad y lo decía muy entusiasmado, sin embargo en la búsqueda de ese estatus, se le olvidó mencionar que el finísimo buró que tenía (o tiene, no he vuelto a visitar su casa) es un muy tradicional huacal de jitomates... si, también lineal, un huacal de jitomates tiene como buró en su casa el wey que se compró la primera ipad en la istore de satélite... la pregunta es: ¿qué clase de estatus le da ser el primer poseedor de una ipad en la zona de satélite a un wey que tiene un huacal de jitomates como buró??? 

Toda esta introducción no es con la intención de criticar las tendencias consumistas de cada quién, ya que en realidad es muy su pedo. El asunto era mas bien con la finalidad de hablar de mi actitud actual frente a un tema que es sumamente importante para la vida de todo individuo que se jacte de producir testosterona: el auto, el carro, la nave.

Y hago el comentario porque en algún momento de mi vida yo también entré en el juego del estatus automovilístico, es decir, no manejaba un auto solo por el hecho de que "ese carro" me gustara, sino que me fijaba también en el estatus que en su momento me daría la navecita, es decir, en los comentarios que pudieran hacer las demás personas respecto al carro que yo conducía; obviamente los resultados eran frustrantes y desastrozos, porque los demás, en ese afán de demostrar a su vez, su propio estatus, siempre le econtraban un pero al cochecito en materia: que si es muy ostentoso, que si las refacciones y servicios son muy costosos, que si parece de padrote, que si el color es muy sucio, que si hay mejores opciones, es decir, era imposible conciliar mis afanes de obtener el estatus merecido (no manches we!!!... tengo un auto premium... merezco un estatus), con los afanes de estatus de los demás (no mam's we!!!!... el mío no es premium, pero es mas neuvo we!!!!).

Creo que sobra decir que eso jamás sucederá, en materia del carro, jamás encontraremos el estatus merecido, porque el hacerlo sería chocar de frente con el ego de los demas. Pocas cosas hacen vibrar el ego de un hombre como la nave del olvido.

He dejado atrás las tendencias buscadoras de estatus heredadas de la generación anterior y experimentadas por muchos años de consumismo agotador, por eso, a pesar de que el auto ha dejado de ser utilitario para mi, ahora puedo decir que tengo el auto que quiero... y sin que me importe una chingada lo que digan los demas grito al mundo abiertamente... AMO MI CAMARO!!!!!... Y qué pedo????!!!! 

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