viernes, 24 de agosto de 2012

No me quiero poner muy mamado, solo quiero marcar




Tras muchos años consecutivos de dedicarle tiempo a una actividad deportiva, desde la niñez de hecho, pasando por muchas etapas (karate, kempo, americano, aiki do, danza, basket y actualmente las pesas), me doy cuenta que hacer ejercicio, por sí mismo, en realidad es algo a muy cagante; resulta ser una actividad a la que le debes invertir tiempo, dinero, esfuerzo, calidad, alimentación, etc.

La pura verdad es que sería mucho mas padre quedarte a dormir un par de horas extras y poder olvidarse del dolor muscular, la sensación de hueva prolongada, el dolor de articulaciones, los calambres casuales y "n" número de cosas mas que nos suceden a los que nos gusta ir a jalar, que son prácticamente inevitables.

Soy honesto conmigo mismo, me caga hacer ejercicio, pero también soy realista y se que de alguna manera estoy condenado a tener que realizar una actividad física de este tipo para no engordar como globo y por qué no, no quedar tan jodido en el cada vez mas rápido camino a la madurez- término que doy en buen plan para evitar decir "ruquez"-, ni modo, los que no hacemos ejercicio nos ponemos bien "marracuas", y lo se muy bien ya que cuando se me ocurrió romperme la mano con la cabeza de un pendejo, en el periodo de recuperación llegué a pesar marranísimos 115 kilogramos.

El comentario no lo hago para contar mi historia de éxito en la lucha contra los kilos o la mejor rutina para aumentar masa muscular o para bajar el índice de grasa y todas esas cosas con las que muchos de los que vamos a los gimnasios estamos obsesionados, y en este momento no voy a diferenciar entre hombres y mujeres, porque creo que el gimnasio es un espacio bastante homogeneo en ese aspecto, es decir, todos tenemos una mente medio torcida y nos vamos a chingarle con la ilusión de vernos mejor que el vecino o no tan jodidos como el vecino, eso también es según el cristal con que se mire.

Toda esta introducción viene a colación, de igual manera, de la chaqueta mental que muchos principiantes padecen de que con un mes que vayamos al gimnasio, nos tomemos un frasco de vitaminas centrum, comamos muchos huevos (por aquello de que ya cuestan un huevo) y vayamos media hora a hacer bicicleta a "medio gas"  para no fatigarnos, nos vamos a poner  bien mamados.

Es en verdad irrisorio el asunto si lo vemos desde una perspectiva completamente fría, ya que lo mas común que se escucha en las recepciones de los gimnasios, en los pasillos y los vestidores, escuchar a muchos weyes decirle a otros mas weyes todavía: "No we... la verdad es que yo no me quiero poner muy mamado we, nada mas quiero marcarme el abdomen we, y quizá un poco los brazos, y el pecho we, y los hombros... pero nada mas we... eso de estar así mamadísimo como que no me gusta we".

Y de verdad nunca falta la clásica imágen del we que lleva una semana en el gym y de pronto llega con su petaca llena de todo su equipo. Desde que entra por la puerta va preparánose, mentalizándose para emprender la ruta muscular. Viéndose al espejo, se venda las muñecas, se pone su faja, aca tipo "gasero" con tirantes y todo, se embarra óxido de zinc en las manos para que no se le vaya a resbalar la pesadísima barra, se pone sus guantes y se ve una vez mas al espejo. Toma unas mancuernitas, seguramente las mas chicas que encuentre en el rack y se pone a hacer curl de biceps, ya por ahí de la octava repetición se empieza a poner morado porque no respira y de pronto tira al piso las mancuernas con un gran pujido de dolor, producto del gran esfuerzo físico de intentar hacer diez repeticiones con unas pesadísimas ... paso posterior se ve nuevamente al espejo, posando sus bien nutridos biceps, pone cara de malo, da una vuelta al ruedo y vuelve a hacer exactamente lo mismo.

Despues de unos dos o tres ejercicios similares, en el que hace todo el rito, se seca un sudor que no existe, porque obviamente con unas mancuernitas de dos kilos no pasa absolutamente nada, toma su petaca y se sale satisfecho, por supuesto, despuer de nuevmante verse al espejo y ver si sus conejor ya aumentaron al menos unos milímetros.

Y de verdad que siento gacho, porque algunos son muy buenas personas, pero la realidad es otra. Quizá decepcione a algunos que están pensando en que con ellos si suceda el milagro de que con ir un mes al gym, hacer un poco de bici, un par de abdominales y un ejercicio de biceps van a tener cuerpo del David de Miguel Angel... Queridos amigos, la neta del planeta es que eso no sucederá.

Se necesitan muchísimas cosas como dedicación, empeño, dieta, conocimiento, dinero para poder hacer un poco en este mundo ingrato del deporte y la apariencia física. Finalmente es algo que se puede conseguir, pero con mucho esfuerzo y con una convicción inquebrantable de que en realidad se quiere hacer algo por cambiar la condición de gordito chistoso de gimnasio o dejar de tener cuerpo de perro parado, digo, por los flaquitos.

No critico a los weyes que se inscriben por primera vez al gym, van tres días y se dan cuenta que en realidad eso de estar mamados no es para ellos, preferirán seguir echando su chela banquetera y tener su muy sexy pancita, finalmente es pex de cada quien.

Lo que seguramente me seguirá cayendo gordo es el sueño chaquetero y escuchar a tanto pendejo decir siempre: "yo no me quiero poner mamado we (lo cual seguramente, aunque lo quisieran con toda su alma no sucederá)... solo quiero marcar (lo cual sucederá solamente si se marcan con un esterbrook, porque eso de tener calidad muscular sin pararte una megachinga de cinco días a la semana y echarte una dieta de muerte, simplemente se queda en chaqueta mental), y será lo que ellos quieran, pero por favor, dejen de patearnos las pelotas a los que tratamos de hacer algo al respecto.

También se que por mas que me queje regresaré nuevamente a mi rutina de levantarme a las 5:00 a.m., irme a poner una chinga al gym, para después irme a la chinga que es la que me da de comer, ni hablar, cada quién sus vicios.

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