martes, 14 de mayo de 2013

No morir en el intento


Al ver cantando a todo sentimiento al trovador urbano, que alza su voz en tono melancólico en los vagones del metro, con el objetivo de echarse unos pesos al bolsillo y poder sobrevivir el día de hoy, me percato de que sí, desafortunadamente hay mucha pobreza en nuestro país; también noto que hay falta de oportunidades, falta de programas sociales en apoyo a los grupos vulnerables, falta de interés de todo el mundo por lo que le pasa al de enfrente; pero casi paradójicamente, también me doy cuenta de que con todo y lo malo que pueda haber, abundan las oportunidades de dedicarse a lo que a uno verdaderamente le apasiona y no morir en el intento.

Explico bien mi punto de vista para quienes me puedan considerar amigo del sistema solo por el hecho de no culpar de todo lo malo que suceda al Gobierno, de hecho, reitero nuevamente mi postura de odioso todo sentido a hablar de política y todo lo que se relacione con la misma, y aunque en la vida he sido criticado por amigos y colegas por mi tibieza al respecto, me sigue valiendo madre, tanto la política, como las críticas.

El punto creo yo está en tratar de saber qué es lo que verdaderamente buscamos en esta vida. Y lo digo bajo un pensamiento lógico. Se que a todos nos gustaría ser millonarios de la noche a la mañana (digo, no es de a gratis que el arquetipo del narco le sea tan atractivo a nuestros jóvenes). Pero quizá en gran medida no todos quieran ser médicos o contadores, quizá haya personas cuya verdadera vocación sea atender un puesto de verduras en el mercado, o despachar gasolina a los automóviles, sin que ello necesariamente implique mediocridad por parte de quienes ejercen esas tareas.
Incluso como mencionaba Rousseau, para toda sociedad es necesaria la realización de éstas.

O como lo mencionaba Nitzche, sin que el citarlo haga pensar que estoy de acuerdo con ello: sólo unos pocos están destinados a la grandiosidad y todos los demás somos el desperdicio del mundo.

Honestamente creo que uno debe ir en busca de la grandiosidad personal, sin tratar de seguir un patrón predefinido, sin intentar conseguir el reconocimiento de los demás.

Seguramente debe ser mucho más frustrante para aquellas personas, que sin tener la más remota idea de qué querían en la vida, se dieron a la tarea de estudiar una licenciatura o peor aún, un post grado, esperando chaquetosamentalmente hablando, que por el simple hecho de estudiar, merecerían el estatus que a nuestra generación tanto preocupa y ocupa.

Desde mi perspectiva, esos profesionistas sin vocación son los que terminan de taxistas.
Y obvio, no digo que ser taxista sea malo, lo que sí digo es que ser, cualquier cosa sin vocación, es una gran pérdida de tiempo, de vida, de realización.

Mi padre me decía desde niño que no importaba qué decidiera ser, siempre y cuando fuera el mejor, o en su defecto, luchando cada día, por estar entre los mejores.

El mensaje creo yo está en saber qué queremos, y como dice mi amigo H: "realmente importante es saber los qué... Si sabes los qué, los cómos se irán dando en el camino".

Así qué me disculparán si no siento pena por el trovador urbano que nos deleita con la rola apuesta por el rock and roll, y en este instante lo único que siento es una gran empatía, ya que seguramente en algún pasaje de su vida, soñó con presentarse ante un gran público que lo idolatrara y cantara sus canciones. Y aunque hoy este gran público permanece inerte a su voz, los aplausos se cambian por monedas y los vítores por sonrisas fugaces que se postran en una que otra persona, que por segundos olvida las tragedias cotidianas en su canto, para regresar de nuevo a la realidad, una vez que suena el tono que anticipa el cambio de estación.

No saco ninguna moneda, ni esbozo ninguna sonrisa, no hay nada el día de hoy para el viejo trovador, quien atentamente busca el reflejo en cada rostro desconocido, que su conocido escenario le brinda en cada parada.

Ahora que lo pienso, no creo que le interese en lo absoluto dedicarse a otras cosas para hacer dinero, ya que se nota que al menos por hoy, podrá  dedicarse a su pasión y no morir en el intento.


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